-Moraleja-dijo el narrador-: la locura es una flor en llamas. O en otras palabras, es imposible inflamar las cenizas muertas, frías, viscosas, inútiles y pecaminosas de la sensatez.

Angela Gorodischer
en La resurrección de la carne.

9.2.12

Spinetta, los patos y los elefantes.

Ayer murió Spinetta.
La noticia me llegó a través de una amiga, Laura. Yo estaba en la casa de unos amigos músicos. Analía Nocito y Juani. No pude contestar el mensaje. Me quedé muda.
Lo primero que me vino a la cabeza es la imagen de mi hermana Alejandra y yo. No una. Cientos de imágenes de nosotras. Toda una vida unidas por el mismo amor a Spinetta. La misma devoción. ¿Será que mi hermano Sergio , diez años mayor que nosotras,nos transmitió esa genialidad del flaco mostrándonos una foto en una revista de la época? Las cosas que se aprenden de chico son muy difíciles de olvidar. Son mandatos.
Amarán a Spinetta como si fueran ustedes mismas. Algo así nos clavó nuestro hermano en 1968.
Pero no sé por qué siempre que nombro a Luis la debo nombrar a mi hermana. Quizá a ella no le pase lo mismo. A pesar de nuestra condición de gemelas. A pesar de haber fantaseado con él una y mil veces. A pesar de ser Ale la mejor imitadora de la voz de Luis que yo haya conocido en mi vida.

Sigo sola.

Ayer, cuando me llegó el mensaje, entendí el día. Entendí por qué antes que Analía me pasara a buscar, llegué a anotar una frase, sólo una frase acerca de desazón que sentía y no sabía por qué. Eran las tres de la tarde.

Languidezco como un pato.

Lo anoté en mi ordenador antes de irme. Antes de escuchar la bocina. Languidezco como un pato. Por qué me sentía así me preguntaba. Por qué me vino esa frase a la mente. Por qué la escribí apurada si a las tres dijo Analía tocaría la bocina.  Y por qué un pato se preguntará el que lee.

Cuando llego el sms con la noticia de la muerte de Luis entendí. Todo.

Desde que conocí ese libro para chicos, El Pato y la muerte, de Wolf Elbruch publicado por la editorial de Bárbara Fiore, me guardé , como el perfume de las azucenas, bien hondo bien hondo , la relación entre mis adorados patos (los del río Würm confidentes de mis tristezas) y la muerte.

Por eso, cuando llegó el mensaje de la muerte de Luis, entendí. El viento y la mariposa muerta que había puesto en mi portada de facebook a la mañana. El viento y  el sol que se había ido. El viento y la muerte de un poeta, que como todos los poetas, al morir, se llevan parte de nuestra vida pero que a cambio, nos dejan mil imágenes, perfumes, historias, que serán repetidas por generaciones y generaciones.

Anoche, lo último que dije antes de dormir (como seguramente una gran parte de los argentinos) fue Spinetta, hoy cuando desperté, pensé Spinetta.  Ya no está, me dije,  hoy ya no está, todo es distinto, puedo demorar el día, puedo quedarme un rato más en la cama, puedo. 
Pero de pronto, un perfume más profundo que todas las azucenas del jardín juntas, me hizo saltar de la cama, alguien había desparramado ese perfume en mi casa, y me levanté, abrí puertas y ventanas para ver de dónde venía y salí al jardín, los pájaros, los pájaros que siempre huyen cuando les tiro miguitas, para después volver y comerlas, los pájaros se quedaban quietitos, con sus ojos de costado sobre mis movimientos, ninguno volaba, me acompañaban; y el sol, que ayer se había escondido de una tarde salvajemente gris, hoy asomaba tibio, acariciando.

No tuve dudas. Luis  ya estaba acá. Su espíritu, su esencia, su no materia, poblaba todos los rincones de esta casa y de este jardín que tantas veces escuchó su voz y sus acordes. Por eso me puse el agua para el mate, y comencé a cantar Los Elefantes. Los que van a morir de paz. Como él.




3 comentarios:

aguacateyfresas dijo...

hermoso lo que escribiste, como siempre...besos aligramados

Mariluz GH dijo...

Y yo lo conocí más y mejor gracias a ti, por tus comentarios y alguna que otra entrada donde le hacías referencia.

Supe de su muerte hoy en las noticias de las 3 e inmediatamente me acordé de ti.

te dejo un abrazo mientras oigo su voz cantando "no queda más que el viento"

D.Laurencich dijo...

Gracias Aguacate, gracias Mariluz...