-Moraleja-dijo el narrador-: la locura es una flor en llamas. O en otras palabras, es imposible inflamar las cenizas muertas, frías, viscosas, inútiles y pecaminosas de la sensatez.

Angela Gorodischer
en La resurrección de la carne.

30.12.09

2, 22, 222... quién quiere ser feliz lo sea!



Ver a Branduardi me redimió de tanto número dos 
en este día, en este año, en esta vida.
2 pesos
2 números
2 horas
2 relojes al pedo
2 tardanzas
2 pérdidas
2 llamados
2 cafés
2 trenes
2 calles
2 cartas
2 hermanas
2 violines
2 historias
22 el loco me dijo no sé quién
222 perdidos en alguna estupidez


el tema de arriba es
il trionfo di Bacco e Arianna
sobre un poema de Lorenzo de Médici


Quant’è bella giovinezza che si fugge tuttavia! 
Chi vuol esser lieto, sia: di doman non c’è certezza. 
Quest’è Bacco e Arianna belli, 
e l’un dell’altro ardenti: 
perché ‘l tempo fugge e inganna, 
sempre insieme stan contenti. 
Queste ninfe ed altre genti 
sono allegre tuttavia. 
Chi vuol esser lieto, sia: 
di doman non c’è certezza. 
Questi lieti satiretti, 
delle ninfe innamorati, 
per caverne e per boschetti 
han lor posto cento agguati; 
or da Bacco riscaldati, 
ballon, salton tuttavia. 
Chi vuol esser lieto, sia: 
di doman non c’è certezza. 
Queste ninfe anche hanno caro 
da lor esser ingannate: 
non può fare a Amor riparo, 
se non gente rozze e ingrate: 
ora insieme mescolate suonon, 
canton tuttavia. 


Chi vuol esser lieto, sia: 
di doman non c’è certezza.

Qué bella es la juventud que sin embargo se escapa, quién quiera ser feliz que lo sea, porque de mañana, no hay certeza! 

Genio el Lorenzo, eh? hace 500 años más o menos escribió esta gran verdad verdadera del mundo mundial! como diría Manolito Gafotas de Elvira Lindo.
El de abajo es un tema llamado Tango que lo único que tiene de tango es la tristeza.
Angelo Branduardi es el autor de Alla fiera dell' est,  
se lo cantaba a mi sobrino mayor cuando era bebé ( cuando su madre me dejaba)
y para terminar con un Tango en serio, va la letra de éste:

Se Va La Vida




Se va la vida...
Se va y no vuelve...
Escuchá este consejo:
si un bacán te promete acomodar,
entrá derecho viejo.
Se va, pebeta...
¿Quién la detiene?
¡Si ni Dios la sujeta!
Lo mejor es vivirla y largar
las penas a rodar.

Yo quiero, muchacha,
que al fin mostrés la hilacha
y al mismo recuerdo
le des un golpe de hacha.
Decí, ¿pa qué querés
llorar un amor
y morir, tal vez,
de desesperanza?
No regués la flor
de un sueño infeliz
porque, a lo mejor,
la suerte te alcanza
si te decidís.

Se va la vida...
Se va y no vuelve...
Escuchá este consejo:
si un bacán te promete acomodar,
entrá derecho viejo.
Pasan los días,
pasan los años,
es fugaz la alegría...
¡No pensés en dolor ni en virtud!
¡Viví tu juventud!

Se va la vidaTango. 1929. Música: Edgardo Donato. Letra: María Luisa Carnelli

a mi viejo  a quien el barba le sacó la etiqueta este año, y a varios más, que andan vivitos y boludeando.

28.12.09

Hay un camino correcto en la noche de navidad?




                                                      

                                              


                                              

Era la noche vieja, como dirían los españoles, habíamos cenado, habíamos hablado lo que teníamos que hablar, y estábamos esperando el momento de la repartija. La repartija de regalitos, una pavada dicen las viejas, pero una pavada al fin.
El brindis este año vendría medio "chauchón" , diría en su lunfardo mi papá , que murió en agosto.Un brindis contenido para no llorar, para no extrañar, para no pensar.
Entonces subí a la terraza, me encanta la terraza de mi tía, pasar la oscuridad llena de trastos, despacio, sin luz, sin tropezarse, como los gatos, así, sigilosamente, y llegar al fresco. A las estrellas. Al gran espacio que se abre sobre los techos de las casas ajenas, las calles vacías, las ventanas lejos iluminadas, para imaginar historias, para abrir los brazos y agradecer la libertad, la belleza de la noche , ver  la luna tapada por nubes blancas. Y mirar el tanque de agua. Esa maravilla que forma parte de mi vida, de mi infancia  y mis tiempos locos ya no tan infantiles.
Después asomarse y ver las calles vacías en ese instante de la navidad en que todavía no hay fuegos artificiales, ni bombas de estruendo, ni cañitas voladoras, nada. Nada de nada. Nadie de nadie.
Y de pronto lo ví. Un tipo sentado allá abajo. El zoom de la cámara no me daba para acercarme tanto, no podía verle la cara. Sólo veía su silueta. Y sólo veía que miraba para abajo, no levantaba la vista ni tenía la ansiedad del que espera un colectivo o taxi. Lo observé varios minutos. Y él, seguía en su postura de lama tibetano, mirando el piso, la nada quizá.
Me dio una sensación de tristeza, de que algo le pasaba, no estaba en estado de satori, estaba como los que van a tirarse de un puente en cualquier momento. Quise bajar a decirle algo, a preguntarle por qué estaba tan solo. Tan indiferente a lo que pasaba a su alrededor .Por qué no se inquietaba. Por qué me inquietaba a mí. Pasaban los minutos y seguía así. Nada. Pensé por un momento que estaba muerto sentado. Rígor mortis. Alguien lo mató y lo dejó ahí. Nadie advertiría nada hasta pasada la una de la mañana , en que todo el mundo sale a festejar.
Unas vocecitas infantiles me distrajeron desde el otro lateral de la terraza. Miré la luna nuevamente. Y pensé que ya había tenido bastante Tánatos este año como para enroscarme con más.
Bajé las escaleras y vi a mi primo con su remera de Cayman Islands. Me dio risa. Ví a mi hijo quemado salvajemente por el sol del mediodía a punto camarón. Me dio risa. Ví el pesebre que había armado mi tía esa misma tarde, cuando antes lo empezaba el 8 de diciembre y lo terminaba el diez más o menos, con montañas de papel creep y talco para simular la nieve. Ví en el medio la figura del Jesús bebé, entre la vaca y el carpintero, y su madre al lado, como si nunca hubiera parido. Se acercó mi tía con una botella en la mano. Tomás sidra vos?
Si tía, tomo sidra.

Al rato miré por la ventana y ya se lo habían llevado. O quizá se tiró en el río. Preferí pensar que pasó el colectivo correcto hacia el camino de su navidad.

24.12.09

¿Usted es feliz?


Así me dijo el médico ayer. En tono de pregunta me lo dijo. Jamás me lo habían preguntado así. Con ese gesto adusto. La avenida Cabildo allá abajo. A lo lejos. El aire acondicionado dándome en la cabeza. El ruido que subía, típico de un veintitrés de diciembre.
¿Usted es feliz?
¿En qué sentido?
No filosofemos, me dijo, digamos en sentido general.
Yo podría morir hoy y estar satisfecha, si a eso se refiere. Pero ¿feliz?
La felicidad es un término tan subjetivo, cómo contarle de mi estado esta mañana al ver el violín sobre la mesa ,esperando en su caja antigua, por mis manos o la de mi hijo para que lo saquen de ahí, lo hagan sonar, lo vuelvan vida?
Cómo contarle que la lluvia cae mansa y frágil en los techos, el aire entra fresco, el cielo está gris y han puesto Mozart en la radio?
¿Cómo? ¿Eso constituye la felicidad? ¿Saber que mi hijo duerme en su cama, bajo mi mismo techo, es esa la felicidad? Para mí sí.

Pero hay otros momentos, en que mi pensamiento divaga, por los hospicios y las cárceles, las gentes bajo los techos de chapa y los que tienen malaria. He visto mucho por el mundo, he visto mucho de lo bueno como de lo  malo, para ser rotundamente feliz, esféricamente feliz.
Sé que tengo una sensibilidad extrema a situaciones que otros pasan de largo. ¿Ve? ¿Ve allá abajo, en la Avenida? Parecen hormigas , peor, parecen termitas, consumiendo, regalando a quienes odian, sólo un día, sólo por un día, buscan la foto. Yo no, me han sacado ya muchas fotos, no quiero más fotos de compromiso, ahora yo saco a quien quiero.

Si la pregunta está contestada me alegro, doctor mío, si no, lamentablemente le tendré que decir, que no, no soy feliz. Pero es mi esencia. Nací para ser enfermera sin fronteras y acá me tiene, casi una burguesa intelectual.

Sabe qué me gustaría, estar ayudando a los saharahuis, estar en Kabul, en Sodoma o en Gomorra, pero estar donde me necesitan los oprimidos. Pero todavía tengo un hijo a mi cargo que me necesita. Y bastante le hice vivir , al pobre, como para abandonarlo por los más necesitados. Mientras tanto, escribo, mientras tanto pinto, mientras tanto me hago la enferma y vengo a hablar con usted. Para probar que todos los psiquiatras son iguales. Recetan y adormecen a los sensibles llamándoles bipolares o TOC o ansiosos, como usted quiera, póngale usted el nombre que para eso estudió. Y le agradezco por eso Doctor, le agradezco.

Ahora soy yo la que pregunta: es  usted feliz sobre esta alfombra beige, con sus zapatos lustrados, los libros tan ordenados, el portero recogiendo la basura y usted teniendo que bajar a abrirme, quejándose del ruido de la avenida, cuando sabe que en el mundo hay injusticias extremas,  abusos de menores,  violaciones , asesinatos, hambre y mafias?
¿Va a brindar con champagne usted esta noche? Ah! no ...usted no festeja la Navidad! Va entonces, a brindar con champagne el treinta y uno?
Por quién va a brindar Doctor, dígame ?
¿quién es el cuerdo aquí de los dos?

Me fui de aquel edificio, y respiré el aire cochino del colectivo 80, me apretaban  los trabajadores que volvían de su laburo. Reflexioné sobre la impulsividad y la necesidad de proteger a otros, como me dijo el Doctor. Y me sentí un poquito menos loca. Más humana.

21.12.09

una que me llegó, de lo mejor para lo mejor


the puente toma people

Las estrellas, la lune, Galilei y Fresán. A los que se tienen que conformar con viajar viendo películas.



Epure si muove, diría el genial Galileo, quien dibujo esta bella luna y sus fases, más otros planetas.Quien enamorado de una dama le puso un nombre especial a esa luna que él miraba. Quien en un diciembre frío o caluroso de hace 400 años descubría el telescopio, el objeto más hermoso, simple y revolucionario como pocos en toda nuestra visión y cosmogonía.

Epure si muove, y sin embargo se mueve, este maldito año digo, este 2009 que a muchos de los hijos de Saturno nos trajo tantas malas leches.
Leo a Fresán en el Página 12 y miro las estrellas y la luna, lo mejor que me puede pasar, lo que les deseo a todos, tener un petit espacio en en esta cortísima vida para mirar el cielo, y ver las estrellas.

Y se aproxima Fin de Año y todo se mueve. Afuera y adentro. Son esas fechas en que la gente mira atrás para seguir adelante y las reuniones globales para evitar el auto-apocalipsis acaban en acuerdos de mínimos mientras incubamos el efecto especial de nuestra extinción. Paz en el mundo y se honra, se supone, el nacimiento de alguien que llegó de muy lejos –un avatar de un poder superior que se instaló un tiempo donde viven los monstruos y pagó el precio de ser rey por un ratito– y acabó siendo sacrificado y lanzado de regreso hacia el infinito y más allá. Muchos creen en él y aguardan su retorno. Yo, por mi parte, ya no sé muy bien en qué creer; por lo que pido, apenas, un minuto de silencio por George Bailey, aquel viajero que jamás pudo salir de Bedford Falls y que, seguro, tuvo que conformarse con viajar viendo películas que transcurrían en otros planetas.
Qué bello es partir.

Callo y otorgo.

18.12.09

las altas lavandas que alguna vez planté


vuelo 
sin fondo ni red
la única que me sostiene
a veces 
es la gata
que me lame y lame
como para que no me 
escape de este bendito mundo


hay viento del sur
el viento mío
el que mueve las persianas
y golpea suave
esta noche luminosa 
de la ciudad en sordina

recuerdo las lavandas
crecidas
y plantadas una a una
son altas ya
como los hijos que tuvimos



festejo
festejo tanto 
haberme parido

7.12.09



Qué sé yo dónde me metí esta vez
lo que sí sé es que me cuesta salir
como de una ciénaga donde en el fondo habitan las estrellas
o como de un sol infestado de caparazones de caracol


a dónde irá mi alma esta noche?
a donde irá mi día esta tarde?
sólo espero, cada día un poco más de benevolencia,
y a veces, ni hasta eso.


Sólo que llegue la noche y fumar un faso en paz, sin recordarte.