me dijo llorá
yo iba y venía del agujero en la tierra al coche fúnebre
peleaba por unas flores que no habían bajado
hace unos años cuando murió mi viejo ella me abrazó apretado
me dijo llorá
yo le sacaba fotos al nombre estampado en el cajón de madera
para retener esa imagen que tantas veces soñé
hoy la escuché hablando con mi tía en la escalera
hablaba en esloveno como siempre
entró a casa
lloramos las dos
ella perdió a sus dos hijos en un accidente
22 y 17
el más chico tendría mi edad hoy
pero hoy no me dijo llorá
me dijo hay cruces de madera o de metal
la mía es de hierro
de aceite hirviendo en la panza cuando tenía un año
justo cuando moría su padre
de casorio con un mal tipo
que les dio la llave del auto a sus hijos la noche del accidente
de hierro
juntada con un jugador
con alzheimer
de ser arrastrada por los pasillos cuando le dio por golpearla
hasta que lo internó
hoy va cinco veces por día a verlo
él no sabe quién es
pero ella es lo único que tiene
la familia no existe
dice
uno siempre está solo
carga su cruz y llora
el abrazo apretado ya me deja tocar sus huesos.
En la foto con su hijito mayor.
3 comentarios:
Hay personas que nacen con la puta suerte de espaldas, la misma espalda donde reciben las palizas de los malnacidos que intentan demostrar su hombría a golpes... ¡¡qué putada, niña!!
un abrazo :(
¿Será nomás que "la vida es una herida absurda"?
(Su blog, que hoy por azar descubro, me atrapa.)
Saludos.
sí, una verdadera putada...esa es la palabra, que en argentina no se usa, y que para mí es perfecta para este tipo de historias!
Gracias Mariluz
sí, también lo veo al revés: la herida es una vida absurda.
Gracias por la visita.
Paso por su blog Rob.
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