-Moraleja-dijo el narrador-: la locura es una flor en llamas. O en otras palabras, es imposible inflamar las cenizas muertas, frías, viscosas, inútiles y pecaminosas de la sensatez.
Angela Gorodischer
en La resurrección de la carne.
27.11.11
Predestinación
Lo dijo ayer Panceta, el protagonista de la película Caño dorado. Y fue una reivindicación, lo sentí así. Todo tiene que ver con todo. Como si de antemano supiéramos lo que va a pasar pero nos hacemos los boludos.
A mí me pasa eso. Todo, en mi realidad, tiene que ver con todo. Y sobre todo los nombres. Las palabras. Hay algunas que están esperando quietitas, años, meses, a que les demos valor. A que las usemos. Si no, se nos vuelven en contra, nos ahogan. Así, en estos últimos tiempos, se me están revelando muchas, siento como que estoy mirando esos libros que salieron en una época, en los que uno debía mirar fijamente , muy fijamente, la imagen , hasta que aparecía otra figura que estaba escondida en ella, fueron sobre todo los de Walt Disney Producciones los que los sacaron. Uno miraba muy de cerca y bien fijo, la pata del Donald, por ejemplo, del Pato Donald, y ahí, al rato, se te aparecía la palabra Walt Disney. Cosas así. Es domingo a la mañana y no tengo ganas de ir a buscar esos libros para ser fidedigna. Pero era así. ES ASÍ.
Ayer , antes de ver Caño Dorado, estaba mirando sobre la mesita ratona, la cantidad de libros que siempre se apilan sobre ella. De pronto vi las letras de tapa de la revista que dirige mi hermana. La Balandra se llama. Alejandra dirige la Balandra. Casi una rima infantil. Si no fuera porque en letras más pequeñas dice La Nueva Narrativa. Como ella misma dijo en una entrevista, le habría llamado NN, si no hubiese sido por alguien que la alertó, y le dijo, ¿NN? ¿y si terminamos como NN? Y ahí surgió la palabra, Balandra, Alejandra dirige esa pequeña embarcación, y me hundí más en el recuerdo yéndome a una novela que leímos hace años de años. De Liliana Heker. Y digo leímos porque en esa época, con mi hermana compartíamos absolutamente todo. Bueno casi. Sobre todo compartíamos lecturas y escritos. Con Ale leímos casi al mismo tiempo una novela de la Heker, Zona de Clivaje. La Balandra. Alejandra. La Balandra y la Zona de Clivaje. Esas tres palabras asociadas , fueron en ese entonces para nosotras- no llegábamos a los veinte años- de las que esconden algo detrás, un significado que debimos leer en letra pequeña, la explicación dada por la misma Liliana en la contratapa del libro. O por algún lado del mismo, ya no lo recuerdo. lo que sí recuerdo es el momento en que compartimos ese buceo en la Zona de Clivaje, fue en un colectivo que nos traía del Parque Lezama.
Liliana fue, con los años, la iniciadora de Alejandra en el taller literario. Hay una anécdota muy divertida de la presentación de Ale frente a Liliana, no sé si ellas lo habrán contado alguna vez, así que por las dudas no lo comento. Pero vale la pena, si alguna vez este texto llega a ojos de algún periodista, que se lo pregunten, a cualquiera de las dos.
Decía que asociar la zona de clivaje con una balandra, tiene un algo de predestinación para mí, puesto que el clivaje, o la zona del clivaje es por donde se comienza a quebrar algo, y si mal no recuerdo, aunque tenga el libro mi hermana seguramente, Liliana se refería a las embarcaciones, aunque si uno busca ahora, en la wikipedia, se puede encontrar con variedad de definiciones, en el campo de la embriología, en la psicología, y hasta para definir por dónde un glaciar se comienza a quebrar. Por la zona de clivaje. Ale y yo somos gemelas, y nuestra zona de clivaje, vaya a saber si fue en etapa embrionaria, o fue mucho después. Entonces deberíamos entrar en el área de la psicología.
La cuestión es que, más me meto en una palabra, más me fijo en sus letras, su orden o su significado, más entiendo el universo. Y esa, es la causa fundamental por la que escribo, desde hace más de cuarenta años. Aunque no me considere escritora, sino una mujer que escribe, parodiando al gran Abelardo Castillo, que se define como un hombre que escribe. Y a quien Liliana, en su más tierna juventud, le enviara para colaborar en la revista literaria que el dirigía, una carta con un poema, que terminaron con su incorporación al staff de la Revista El Grillo de Papel, emblemática revista de literatura en los años 60. Revistas, escritores, zonas de clivaje, años dorados-perdón- Caño dorado y balandras.
Es domingo, ya de mediodía, y tengo ganas de ver otra película para conectarme con personajes que hablen de palabras, esas zonas de clivajes o balandras para surcar los ríos de este delta increíble, que es la vida, donde todo tiene que ver con todo, como diría Panceta.
Si a alguno le queda la intriga de qué quise decir con todo este palabrerío, les digo que si miran fijo, bien fijo, si se dejan llevar por los enlaces, y desmenuzan las palabras, encontrarán, no uno, sino varios significados.
Pero para eso hay que ser un apasionado. Y tener un domingo por delante sin mucho para hacer. ¿Es muy difícil de conjugar?
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2 comentarios:
Soy de esa clase de personas que se dispersan con demasiada facilidad :) y con ésta entrada, plagada de enlaces, me ha ocurrido... acabé viendo una entrevista que hicieron a tu hermana para hablar de su libro "Vete de mi" y mi cabeza -que es una caja de grillos- dijo: tienes que preguntar a Diana si hablan igual las dos; si tienen el mismo lenguaje corporal, la misma risa... porque si es así, ya tienes una idea más "física" sobre cómo es ella (que no importa en absoluto, pero es la cosa curiosa) así que para hacerle caso una vez a mi mente es que te pregunto jajajaja
un abrazo, señora!
jaja...Mariluz, digamos que sí, pero este digamos, es sólo para darte una idea, porque según nuestros amigos, tenemos el mismo tono de voz, los mismos gestos y todo eso, pero si nos conocen bien, no tenemos nada que ver. Es más, disentimos la mayoría de las veces. Es más, si mi hermana lee esto, cosa que no creo, se puede llegar a poner verde!!! jajaj...beso grande mujer!
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