-Moraleja-dijo el narrador-: la locura es una flor en llamas. O en otras palabras, es imposible inflamar las cenizas muertas, frías, viscosas, inútiles y pecaminosas de la sensatez.

Angela Gorodischer
en La resurrección de la carne.

28.3.10

el faro del sol



Llegué al paraíso
Un poco de vueltas para ponerlo en orden
-debo entender que no todo el mundo tiene el mío-
pero al rato siento
el amor de este sitio abrazando mis recuerdos
las estrellas saludándome como vieja conocida.
Y ya me siento a escribir.
Antes que comer.
Antes que mear.
Antes de morir y no poder haber escupido lo que tenía adentro.

Me acuerdo de Enrique ayer
en el banco de la estación San Isidro
el tren nuevo es para los algunos
no para el pueblo.
Para los otros
nos-otros
nos permite ver un faro que sólo brilla cuando atardece
funciona a sol
sólo el sol lo hace brillar
más allá de los anuncios 
más allá de los viejos ricos que parecen ciegos
buscando con su bastón el San Isidro que conocen
pero que sin embargo les es extraño.
A nosotros no.
A nos-otros nos regala una estación con perfil inglés
que alguien reprodujo en algún country
con molduras de yeso
con volutas y hierros forjados
que se estrellan contra un cielo rojo.
Y  más allá la catedral vigilando el horizonte.

Me acuerdo de Julio
y sus estrellas.
Las podía reconocer por su nombre
-qué envidia- hoy traté desde el micro
pero sólo distinguía la cruz del sur
el cinturón de Orión que la iglesia bautizó
así. Cruz del sur. Cerca las Tres Marías.

Mientras sonaba el bip bip de un pasajero
que no podía dejar de estar comunicado
con la civilización.
Molestaba con su luz de celular todopoderoso
Molestaba con sus dichos
¿Qué hacés papá?
Pero no era su papá con el que hablaba
Es ese modismo argentino que utilizan muchos
A papá?
son los mismos que dicen 
Uh... maaamita... qué buena estás!
pero  si ellos se las saben todas!!!
Porque comen asado y eso, eso es lo mejor que hay...
Y tienen la avenida más ancha del mundo
Y lo atan todo con alambre
O lo cierran todo con coimas
perdón...con contactos
¿Qué querés, papá?
Un elefante azul que camine en dos patas?
Dejaseló a papá eso si…todo cuesta,
lo sabés no?
Pero claro papá!
Entonces dejalo en mis manos.
Chau papá!
Así hablaba mientras yo miraba las estrellas
en la oscuridad total de esa pampa hermosa.
Así interrumpía uno de los espectáculos más profundos
que podemos mirar
desde el principio de los tiempos.

Me bajé en la rotonda
ansiosa por llegar
no quería ver las luces de la nueva terminal
llena de cafecitos y souvenirs.
Me tomé el único taxi que había.
Muerto de frío
esperando pasajeros pero ni se me acercó a buscarme
no tenía pinta de pasajera de taxi.

Cuando subí comenzó a hablar de Europa
no sé por qué me confundió con una gringa.
De las guerras europeas.
No contaba con los genocidios de este pueblo.
Me hablaba de los negros que ensucian la Rambla:
son africanos
artesanos africanos señora!
Y usted qué es?
No tiene antepasados europeos
de los que dormían sentados
atados por una cuerda
para no caerse?
Lo recuerda buen hombre?
Recuerda que esto era desierto
y que lo pobló Roca a costa de los pueblos originarios
verdaderos dueños de esta pampa?
Se llamó a los aristócratas mitad franceses mitad ingleses
Con los que hacían negocios millonarios.
Se repartían las tierras y se llamaba a los
pobres, españoles e italianos 
después o entre guerras,
se los cargaba como ganado en el fondo del barco
y se los largaba en el hotel de los Inmigrantes, 
cinco días tenían para decidir qué hacer con su vida, 
para dónde rumbear.
A mi abuelo se le cayó el saco con sus cosas al agua
cuando bajó del barco.
Imagínese.
Sin hablar el idioma y sin nada de nada.
Y a usted o a su padre o a su abuelo da igual
lo trataban de gallego,
de tano
de polaco
de judío
de rusito
de gringo?

Al fin y al cabo somos todos gringos
todos venimos de la misma tierra
migrando
buscando nuestro lugar en el mundo
algo bien difícil de encontrar
y que quizá
como en mi caso
cuando se lo encuentra
se lo debe abandonar.

Tiene usted razón señora.

Si señor. Es la esencia del ser humano.
Tener poder. Poder sobre las cosas.
Propiedad sobre las cosas.
A costa de vida.
De monótona vida.
De cómodas costumbres.
De confort y escuelas bilingües.
De viajes en horas por arriba de los barquitos como el de Enrique
o el de Julio
que navegan las profundidades del océano durante meses.

Sin grillos como Julio
Sin perros como Enrique
Sin nadie que los quiera y les sea fiel
-siempre-
Siempre.
Siempre.

Llegué al paraíso.
Al fin. Huele a humedad.
Pero es mi refugio del mundo hipócrita 
que como una adolescente
no aguanto.
Llegué a mi refugio.
Me falta mi gata.

gracias Enrique por la fuerza que me diste

2 comentarios:

Mariluz GH dijo...

¡Ah, qué me gustan los faros! con su luz tan potente, tan solitarios, tan llenos de olores a mar... tan olvidados de la tecnología y sus GPSs...
Y ese faro del sol se ve tan magestuoso... gracias por compartirlo :)

besos

D.Laurencich dijo...

Sabés que no es un faro? es na construcción deshabitada? jajaj...las apariencias siempre nos engañan eh?
me viste a los 26? jajja...
no los cambio por nada, ahora el sol me brilla adentro!!!
Besooooo