-Moraleja-dijo el narrador-: la locura es una flor en llamas. O en otras palabras, es imposible inflamar las cenizas muertas, frías, viscosas, inútiles y pecaminosas de la sensatez.

Angela Gorodischer
en La resurrección de la carne.

2.10.11

Tentaciones del calendario

Cada vez que paso una hoja del calendario que cuelga en la cocina, cada vez que veo los casilleros limpios, la nueva imagen, el uno en blanco, me da una sensación de esperanza tan vana y frágil que se desvanece cuando leo el nombre del mes y cobro conciencia del paso rotundo, impío, del tiempo.

Por qué la esperanza, por qué ese pensar que todo será distinto, si sé que el tiempo es tan  inasible como caprichoso , relativo y traicionero? Sin ir más lejos en mi calendario mañana es fiesta, y debo acercarme y ponerle especial atención a la letra chica que aclara por qué en Alemania se festeja el tres de octubre y aquí, el despertador sonará a la  misma hora de siempre para los empleados que tienen su empleo, para los estudiantes que tienen sus clases, para las madres que atienden a sus hijos.

Hay una ilusión que dura lo que tarda en calentarse  el agua para el mate, una alegría pequeña y vergonzosa si se quiere, en ese dar vuelta la página y dejar el dolor, la sinrazón del mes que pasó, escondidos, hasta que aparece en el cielo del pensamiento una nube gorda y negra, diría Julio, como una bota, que aplasta mi entusiasmo pueril, y me recuerda que lo mismo sentí al comenzar el mes pasado, y que ya pasó otro más sin que nada prácticamente haya cambiado.

Julio Paz murió hace tres años, dice el calendario, pero para mí sigue caminando por Milán, descubriéndome los Panzerotti detrás del Duomo, enseñándome que el éxito en la vida no son las ventas en una exposición, sino lo que uno siente cuando se enfrenta solo y desnudo a su obra colgada toda junta, en la pared en blanco de la galería, y se felicita a sí mismo por no mentir, no mentirse. Yo tenía veinticuatro años cuando lo conocí, él pasaba los cuarenta y llevaba en sus pulmones veinte años de exilio. Sabía que el brillo enceguecedor de la fama artística no vale nada, que siempre hay lambones cuando a uno le va bien, y sólo queda uno mismo cuando los focos se apagan y dejan de iluminar, no así las estrellas, que siempre lo hacen , a todos por igual, sin distinción de vanidades y oropeles.

Ay, si alguien supiera lo que guardan mis ojos, mis sentidos, lo que mi percepción me dicta como me dicta el recuerdo: el del amigo que murió el primero de octubre estando en tierra extranjera; el de la infancia de la mano de mi gemela Alejandra, muerta para ella como mi amigo; mi otro amigo; la amistad sin ganancia ;la hermandad solidaria con la mano extendida.

Busqué una postal que me envió Julio, busco su letra, su ironía, como anoche deambulé buscando una foto mía en una casa donde debería haberla hallado, porque están mi sangre y mi ADN. No las encontré, ni a la postal ni a la foto. Es entonces que entra el aire atropellado por la ventana y me salva el olor de los jazmines apretados, me aclara como el amigo fiel que me acompañó ayer, que la vida vuelve una y otra vez con sus perfumes, algunos nauseabundos, ácidos, como el de la traición y el olvido, otros dulces y profundos como el del abrazo sincero, cuando uno se deja tentar por el calendario.


" Debés recordar que aunque soy un hombre comprometido,también mi triunfo es fugaz y dura sólo el tiempo que empleo para grabar una plancha o realizar una pintura; luego entro en aquella región multitudinaria del resentimiento y de la tristeza, de la angustia y la piedad, donde predomina la inteligencia coordinadora que regula las emociones autodestructivas."


De una carta de Julio a  Poni Micharvegas.


a Marcelo Alfaro

4 comentarios:

Mariluz GH dijo...

Hace demasiado que no tengo calendario al que cambiar las hojas... auto-terapia contra la nostalgia.

beso, señora

Mariluz GH dijo...

Diana, "la señora de la paella" es la alcaldesa de Valencia del PP... han suprimido la "Mostra de Valencia" y sí tienen dinero para esas chorradas... sin más comentarios ¿verdad? :(

beso

D.Laurencich dijo...

Uh...Mariluz, es patético! Entonces comenté bien, me comería (es una forma de decir le quitaría) una a una las perlas de la alcaldesa y aseguraría así los fondos para la Mostra!
un abrazo solidario.

dodo dijo...

Es verdad, la vida vuelve con sus perfumes, sus tristezas y sus momentos de alegría; y con sus ausencias...